dilluns, 13 de juny del 2011

Instrucciones para un secador.



Hay dos tipos de formas de decir que no se sabe alguna cosa. La primera es decirlo claramente:
-Mira tío, no sé de qué coño me estás hablando, así que búscalo en Google.
Y la otra es hacer un estupendo rodeo (que a veces puede resultar divertido de tan inverosímil), para acabar diciendo:
-Deje ahí su petición de lo que le gustaría saber, y ya luego nuestros expertos se encargaran de adquirir la información que usted necesita ahora mismo, y no dentro de dos meses, así que lo sentimos mucho, pero se va usted a tener que joder.
Todo esto lo digo por una inolvidable experiencia personal. El otro día, de hecho ayer, buscando por internet instrucciones sobre electrodomésticos, ya con la clara intención de encontrar barbaridades que poder comentar por aquí, me topé con una página (www.givemefile.es) que no poseía instrucciones de ningún secador, ¡pero ojo!, porque a pesar de todo tenían el detalle de ofrecerme enviarles una petición, eso sí.

A ver, vamos a ir por partes, pensé en cuanto leí la primera frase. ¿La búsqueda de manual de usuario para---? Uix, uix, uix. Y es que “la búsqueda de manual” no es correcto (sería la búsqueda del manual, o de un manual). Es decir, la oración “la búsqueda de manual de usuario para secadores” nos da a entender que “Manual” es un tipo, y que, como nos dice justamente después, es “de Usuario”.
A partir de aquí, ya vemos que el rollo es una historia de un tío, que nos han colado bien colada mientras buscábamos instrucciones sobre cómo usar un secador. Secador de cabello, Secadora de pelo no puede ser más que una cosa: un estupendo matrimonio que resulta estar muy unidos –por eso cuando se nombra al esposo, automáticamente se nombra a la mujer. Entonces, hasta aquí vemos que un señor (seguramente un detective o algún periodista), llamado Manual de Usuario, está realizando una búsqueda para el matrimonio Secador de cabello y Secadora de pelo, como claramente nos especifica ya en el título de la historieta “La búsqueda de Manual de Usuario para Secador de Cabello, Secadora de pelo[…]”.
Bien, aclarado este primer punto, pasemos a lo que sigue.
“La elección de fabricante”. Uff, aquí ya entramos en un terreno lingüístico muy complejo. “La elección”, esto queda claro: alguien ha elegido algo. ¿Quién? Nos lo dice luego “de Fabricante”. Bien, aquí ya vamos viendo que la gama de personajes se amplia. Entonces tenemos que Fabricante ha elegido algo, ¿qué ha elegido? ¡Pues la búsqueda que hace Manual de Usuario!
¡Pero cuidado! No debemos olvidar que los protagonistas son el matrimonio Secador y Secadora, y por esta razón el autor del relato nos los cita otra vez, a continuación (sin ton ni son, y un poco a su rollo), para que los tengamos presentes a medida que vamos leyendo.

Bien, muy buen comienzo: el autor se dirige directamente a nosotros, para que nos metamos más en la historia. Empieza por situarnos en el espacio (lo que sería el planteamiento del relato, presentación de personajes, que ya hemos visto, y del espacio donde transcurrirá la acción). “Ud. está en la página[…]”, entiendo, el matrimonio tiene una página web (que esperemos que sea mejor que esta) y nosotros estamos en ella, concretamente “en la sección de búsqueda de manual de usuario”. ¡Oh, cielo santo! ¡Qué giro de trama! ¡Qué emoción!
Tenemos que Fabricante, quien seguramente es un empleado de la página web del matrimonio Secador(a), les ha aconsejado a sus jefes investigar sobre un tema, que seguramente trataran posteriormente en dicha web, y estos, vagos como son los jefes, han enviado a buscar información a Manual, un detective muy amable. Y aquí es donde entra dentro de la trama el lector: no sólo estamos en la web, ¡si no que Manual está buscando información sobre nosotros! (“en la sección de búsqueda de Manual de Usuario”). ¡Somos el malo de la película!

Es obvio, que después del gran trabajo que el matrimonio le ha encargado a Manual, éste deberá concluir algo y, dado que la intención inicial del proyecto era un tema para tratar en la web elegido por Fabricante, Manual se verá obligado a encontrar una forma de escribir una instrucciones para dárselas al señor Secador y a la señora Secadora. Pero este asunto tiene una coletilla final: “tiene que elegir el Fabricante”.
¿Elegir? ¿Es que le harán redactar más de unas instrucciones posibles al pobre Manual? ¿Tan cortos y vagos son el señor y la señora Secador(a)? Se ve que sí, así que Fabricante (quien tampoco se libra de demasiado trabajo en este escabroso asunto de investigación sobre nuestra persona), deberá elegir las instrucciones más básicas y simplonas, para que los jefes logren entenderlas con suprema claridad.

Ahora el autor, que es hábil como un lince, añade otra acción más a la trama: Fabricante debe encontrar su dispositivo en el catálogo. En otras palabras, que Fabricante ha perdido su dispositivo y debe ir hasta Catálogo a ver si lo encuentra. ¿Pero qué es eso que Fabricante ha perdido?
Pero antes de contestar a eso, vuelve a introducir un elemento más (¡oh, malvados escritores! ¡Qué forma tan inhumana de hacer sufrir al pobre lector ingenuo!). Y vamos a ir parte por parte, que al ser un texto tan rico en léxico es de difícil comprensión.
“Entonces Manual de Usuario”, es decir, que en cuanto Fabricante parte hacia Catálogo a ver si encuentra su algo perdido, Manual aprovecha para hacer algo. ¿El qué? “probablemente no está en base de datos” (y eso lo sabemos porque nuestro querido matrimonio protagonista le busca y no le encuentra, porque para ellos no está ahí. El detalle casi inadvertido del adverbio probablemente tiene una clara función humorística, pues visto lo visto –que el matrimonio no es demasiado inteligente-, que para ellos Manual no esté en la Base de Datos (que suponemos, es el lugar de donde trabajan en la web, o sea, que el menda se ha escaqueado del curro), no significa del todo que no esté allí. Nunca podemos fiarnos demasiado de la palabra de Secador(a), más cortitos que largos.

A partir de aquí la trama se complica hasta límites inhóspitos.
-Pero Ud. puede…
Sí, sí, ya lo veo. Que aunque Fabricante esté en Catálago, y Manual esté probablmente desaparecido del trabajo y con serias posibilidades de despido, yo puedo dejar mi “petición en la sección de solicitud de archivo”.
Entendemos que Solicitud de Archivo es un policía, y nosotros le pedimos, a través de una petición escrita, que esta gente deje de espiarnos para colgar instrucciones sobre nosotros en su mierda de web. Y esto, dado que somos héroes valientes, lo hacemos a pesar de que los dos responsables de todo el marrón (entiéndase, Fabricante y Manual) hayan huido a la mínima de cambio, para que Solicitud no pueda encarcelarles por acoso a nuestra intimidad.

A partir de aquí, que ya es el desenlace (siempre abierto, para una posible saga de esta interesante historieta), podemos leer la carta de respuesta de Solicitud, el policía bueno.
-Nuestros expertos encontrarán el archivo Manual instrucciones…”
Y a pesar de la falta de conectores en la frase, ¡el autor es tan bueno que le entendemos igual! Los detectives especiales de la policía han sido mandados a buscar ese archivo que Manual escribió tiempo atrás, las instrucciones de cómo escribir sobre nuestra vida en su web para el matrimonio jefe (instrucciones que, recordemos, debía revistar Fabricante), y así tener pruebas de su acoso hacía nuestra persona y poder encerrarles.
¿Pero somos los únicos interesados en la detención de estos dos villanos? ¡Y la respuesta es no!
-Necesario para Secador de cabello, Secadora de pelo”
¡Ah! ¡Ya se ha descubierto el pastel! El matrimonio no era tan idiota como nos ha hecho creer el admirable autor hasta ahora, ya en el clímax final, sino que ahora inculpan de todo el acoso a dos de sus trabajadores, haciendo necesario para ellos que los detengan, y poder salvar su propio trasero.
O esa es la versión que quieren hacer creer a la pobre policía, pues sus intenciones para Manual son otras bien distintas.
-Y agregarán Manual de Usuario a base de datos después de avisarle por email.
Es decir, que una vez la policía encuentre a Manual, este cruel matrimonio le devolverá a su encubierto trabajo, ¡posiblemente esclavizándolo! Eso sí, nos avisaran por mail, porque de no ser así nunca podríamos conocer el final de esta apasionante historia, y eso sería peor que tener que ver la filmografía de Edward Wood entera (¡y del tirón!).

Y aquí el chiste final: la foto. ¿Es un secador? (que, si recordamos al principio de todo del post, vemos que era del electrodoméstico sobre el que se me ocurrió buscar instrucciones), no, no es un secador. No tiene nada que ver con un secador. ¡Es una maquinilla de afeitar!
Genial, genial. Givemefile no me habéis ayudado a saber cómo usar un secador, pero me he reído mucho con vosotros.
P.D.: No, no he caído en vuestro mensaje subliminal por un mundo sin pelo. ¡No me voy a secar la cabeza con una maquinilla de afeitar! ¡Me encanta tener el pelo largo, gracias!
©TIMOTHY







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